COVID-19. La carrera más importante.

Rodillo en casa

Una sola carrera en 2020, Transcandamia, una nueva lesión y 3 carreras anuladas… Y ahora, cuando ya pensaba que iba a tardar en competir, llega la carrera más importante de todas. Y, para ganarla necesito la colaboración de todos, pero es muy fácil, sólo nos tenemos que quedar en casa, no nos piden nada más.

Bueno, tampoco os quiero contar mucho del tema a nivel general, porque la información fluye en todos los sentidos y todos sabemos (o no) mucho de esto. Dos semanas, por ahora, de estado de alarma donde no podemos salir a la calle más que para necesidades que nos han descrito y de uno en uno… En mi caso esas necesidades son: sacar a los perros, ir al trabajo mientras tenga que hacerlo y hacer la compra. Y pienso cumplir porque es lo único que me piden y es muy fácil. Lo dicho, no voy a entrar a valorar la conducta de nadie a nivel social.

Pero si quiero dar mi visión desde el punto de vista deportivo, y lo que está siendo esta cuarentena en casa. Con esta entrada sólo quiero transmitir mi opinión personal y no quiero juzgar a nadie y tampoco pretendo que nadie se sienta así. Cada cual somos responsables de nuestros actos y debemos ser consecuentes con nuestra manera de pensar, aunque esta varíe con el paso de los días.

Lo primero que quiero decir es que una cosa es que queramos seguir entrenando y hacer actividades para mantenernos en forma (mínimamente) y no perder nuestra rutina diaria, y otra muy diferente que esto deba obsesionarnos y hacer cosas que, en la situación que nos encontramos, no están bien. Va a tardar mucho en volver a celebrarse una competición y, posiblemente, ninguno o casi ninguno de los que vais a leer esto, entre los que me incluyo, ganamos carreras con asiduidad y mucho menos estamos a un nivel para vivir de esto, en otras palabras no es nuestro trabajo y no somos profesionales.

Yo, desde el viernes pasado, un día antes de que se declarase el estado de alarma, hablé con mi entrenador y le transmití que, hasta que todo esto pasase, mi ejercicio se iba a basar en el rodillo que me he subido a casa y ejercicios que pueda hacer sin salir de aquí. Ni a la calle, ni a ninguna zona común (escaleras, garaje etc.) y que tampoco exigiese la compra de ningún tipo de material que hiciera venir a un repartidor a mi casa cuando no es necesario. Se puso en marcha y me mandó un correo con las cosas que puedo hacer en casa y, adivinad, son muchas.

El propio rodillo, circuitos de fuerza, trabajo con mancuernas, con lastres (pueden ser hasta cartones de leche), comba, correr por el pasillo, correr en el sitio… Y esto es lo que estoy utilizando actualmente para entrenar. Incluso, como tengo más tiempo, estoy entrenando más que antes, pero cosas diferentes. Seguro que el estado de forma bajará, ¿y qué? Me estoy divirtiendo haciéndolo y contándolo en redes sociales…

Porque aunque tenga dinero de sobra, ¿me voy a comprar una cinta de correr a estas alturas? O, si desgasto mucho la cubierta de la bici y no pudiera hacer rodillo, ¿compraría otra en Amazon? Obviamente no. No por el simple hecho de obsesionarme más o menos con el entrenamiento. Si no porque me parece totalmente inmoral que todos pidamos adecuación de puestos de trabajo (reducción de horas, teletrabajo…), ausencia si no es necesario, aplaudamos a los sanitarios y demás profesionales que están ahí porque nos tienen que abastecer de alimentos o medicinas, y luego hacer venir a mi casa a un repartidor para traerme un utensilio del que puedo prescindir perfectamente porque, no nos olvidemos, ¡no somos profesionales de esto! Y, aunque lo fuéramos, la salud de las personas debería primar sobre el resto de las cosas.

Venga, que con un poco de solidaridad y empatía por el resto de las personas, podemos conseguir algo muy grande entre todos.

Y, por supuesto, ¡sigamos entrenando! Que, en muy poco tiempo, estamos en las montañas de nuevo.

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