Llegó el fin de la temporada y con ella el momento de descansar, pero también de hacer balance. Ha sido una temporada bastante larga y de la que saco muchas conclusiones, tanto buenas como detalles a mejorar.
Lo que si me ha quedado claro es que los entrenadores están para algo. La gente que no ha entrenado nunca con nadie que le marque el camino a seguir, no sabe la gran diferencia que hay.
Yo comencé con entrenador a raíz de llevar un año entrenando por mi cuenta y sentir que estaba estancado. Me parecía que ya no mejoraba y cada vez entrenaba más para intentar corregir eso. Ha sido a posteriori cuando he visto que no es tan importante la cantidad como la calidad en los entrenamientos. Y las mejoras llegaron, sobretodo si comparo los tiempos en carreras a las que fui en 2017 y repetí en 2018.
Lo veo igualmente importante a nivel de prevención de lesiones. Es importante saber cuando hacer más y cuando menos de cara a prevenir dolencias.
A nivel deportivo la temporada ha tenido de todo. Creo que he empezado mejor de lo que he terminado. Las últimas semanas fueron un poco cuesta arriba. El cansancio acumulado y el cambio de trabajo, más físico que el anterior (aunque ahora no lo cambio por nada), creo que han sido los motivos principales de este pequeño bajón. Punto a mejorar.
Como decía la temporada comenzó bastante bien. No preparaba expresamente las competiciones y las incluía dentro del propio plan de entrenamiento sin reservar descanso para ellas. Y el cuerpo respondía muy bien, recuperaba rápido y me encontraba ligero. Me sorprendió y mucho verme en la parte «alta» de alguna de las carreras a las que iba.
Hasta mediados de abril fue cuando mejor me encontraba y en Alto Sil y Biosfera Trail hice mis mejores carreras. En la primera hice una progresión muy buena durante la carrera a nivel de posiciones, lo que significa que me fui regulando de menos a más, pero no me llegó el fuelle del todo a la parte final y el último tramo se me hizo especialmente largo. En la carrera de Ciñera si que corregí ese aspecto y, pese a tener momentos bajos (como en casi todas las carreras), la manera de regularme fue mucho mejor y llegué con fuerzas hasta la propia linea de meta. Para nada me esperaba el resultado.
A partir de ahí me ha costado un poco más ser competitivo. Destacar una muy mala carrera en Trail Gordon (no es el terreno más idóneo para mi) que creo que pudo ser en la que peores sensaciones tuve de todo el año.
En el apartado de Mis resultados de este mismo blog tenéis más información sobre las carreras que he participado. También en la categoría de Crónicas tengo algunos resúmenes de lo que han sido algunas de las últimas carreras que he disputado desde la creación de este blog.
Y ahora ya pensando en lo que viene. Es curioso, pero estaba un poco saturado de entrenamientos y competiciones antes de comenzar el descanso, pero escribiendo estas líneas no tengo más que ganas de volver a empezar. No tengo remedio. Eso sí, hay que cumplir plazos, tanto de entrenamientos como de descanso y pensar que lo que estoy haciendo ahora es bueno para el futuro.
¿Que querría mejorar en 2018/19? Principalmente dos aspectos, las bajadas y partes más técnicas y la gestión de las carreras. Son dos aspectos que creo que son fundamentales, aunque también creo que, mientras siga entrenando y compitiendo, no voy a dejar de aprender nunca.
Debbie Garest – Biosfera Trail 2018