CxM Truchillas-Vizcodillo 2021. Meter la pata, una vez más.

Truchillas Vizcodillo 2021

Unos meses después y ya estoy aquí con una nueva crónica, la primera del 2021. Aunque los que me seguís en redes sociales ya lo habéis podido ver y leer (os cuento mucho por allí, si no me seguís tenéis todos los enlaces en el pie de página) os voy a hacer una pequeña (porque la carrera no duró mucho más) crónica de cómo me fue, ya hace unas semanas, en la clásica Truchillas-Vizcodillo 2021.

Para empezar, os contaré que el protocolo COVID estuvo muy bien y fue muy respetado. Establecía que las salidas serían cada 10 segundos de manera individual, y manteniendo la mascarilla puesta tanto en los aledaños de la salida como durante los 200 primeros metros, así como en la llegada nada más cruzar la meta. Igualmente era obligatoria en los avituallamientos si tenías la intención de parar en ellos.

También quisiera añadir que me sorprendió un poco que no utilizasen chip para cronometrar la prueba, ya que la salida escalonada complica mucho esta labor para los organizadores si se hace un cronometraje clásico. Pero he de decir, que sólo hubo un fallo con la salida de un corredor, y que se corrigió en la clasificación pocos días después, por lo que chapó por esa parte.

Y como también me gusta decir «lo malo» pues, para mí, fue un error dar el clásico premio al primero en hacer cima en el Vizcodillo, ya que no se tomaron tiempos en ese punto. Y decidieron darlo igualmente al primero que había pasado por el pico, independientemente de su puesto de salida. Sin hacer una salida conjunta y sin tomar tiempos arriba yo hubiera omitido ese premio.

Y no lo digo porque, en caso de la toma de tiempos y contando que los primeros que salieron se perdieron unos minutos antes de llegar a la cima, hubiera optado yo mismo a ese trofeo, si no porque, si yo hubiera sido el primero al pasar y supiera que hay gente que lo ha hecho más rápido, no tendría ningún valor recibirlo.

Y dicho esto, donde ya os he desgranado algún detalle, os relato un poco más de la carrera.

Salida y subida al pico

La salida de esta carrera es peculiarmente rápida. Con una zona llana y un comienzo de la subida sin mucha pendiente que te deja correr fácilmente. Yo había salido en el puesto de mi dorsal, el 19.

Los dorsales fueron asignados por referencias de tiempos que nos pidieron al hacer la inscripción. Para mi, fue un pequeño fallo pedir tiempos en 10k o media maratón, ya que no tiene nada que ver el tiempo en llano con una carrera de montaña. En mi caso, no tenía referencias recientes (nunca he corrido una media maratón y mi último 10k es de hace 5-6 años), por lo que sólo les pude dar datos de un entrenamiento, de ahí mi posición de salida, sabiendo que había gente por delante más «lenta» en montaña (sí, en ciudades tan pequeñas nos conocemos casi todos).

Decir que no me disgustaba salir detrás, me daba la opción de tener referencias y de la motivación de ir cogiendo gente. Ya en los primeros metros y antes de la zona dura había ganado 5 o 6 puestos. Me encontraba cómodo y sabía que la subida era mi terreno a explotar.

Una vez comenzada la parte dura me junté con Diego Alonso (digo el nombre para quienes le conozcan) que, a la postre, sería el ganador de la carrera. Diego había salido un poco más de un minuto antes que yo, era buena referencia y, pese a que yo intenté seguir a mi ritmo sin pensar si se quedaba o no, ya no nos separaríamos hasta la cima. Incluso nos iríamos relevando continuamente.

Mientras continuábamos el ascenso, donde las condiciones meteorológicas nos lo ponían cada vez más crudo, seguíamos teniendo referencias de corredores que iban por delante, pero bastante cerca, llevábamos buen ritmo y las opciones de hacer una buena carrera estaban ahí. Y más cuando unos metros antes de llegar a la cima, en un giro a la izquierda donde la niebla hacía acto de presencia, vimos a un grupo con el resto de favoritos que se habían despistado unos metros.

Estaba claro, tenía que controlar los últimos metros de subida y hacer una buena bajada (dentro de mis limitaciones y sabiendo que algunos bajan más rápido que yo). Había gente, en este improvisado grupo, con hasta 3′ de desventaja y era una buena oportunidad. Por lo que en los aledaños del pico, donde las rocas empapadas no permitían apenas tenerse en pie, decidí no arriesgar para comenzar la bajada y lanzarme en ella.

Bajada accidentada

Una vez que te separas unos pocos metros de la cima, la zona de roca característica del Vizcodillo desaparece, para dar paso a senderos con multitud de raíces, ramas y piedras de menor tamaño. La bajada transcurre por zonas así hasta el lago truchillas, donde da paso a un camino un poco más ancho, pero igualmente lleno de piedras para, en los últimos 3 kilómetros, convertirse en una pista para volar, nada técnica y que pica lo justo hacia abajo.

Mi idea, no alejarme ni perder de vista referencias que tenía por delante en las zonas más técnicas y lanzarme en la zona rápida donde más cómodo me siento. Y, por una vez, me estaba encontrando cómodo en la primera parte de la bajada.

Es cierto que poco a poco las referencias que tenía se alejaban un poco, pero mantenía una distancia que parecía buena para mis expectativas. Pero, justo antes de llegar al citado lago truchillas y ya en el último tramo de bajada complicada, una mala pisada con una piedra escondida bajo un matorral, me doblaba el tobillo derecho y me dejaba fuera de juego.

Llegada a meta

Intenté ver si se recuperaba, como otras veces me ha pasado, pisando e intentando caminar y trotar. Pero no, el dolor era más intenso y no cesaba. En ese punto, y visto que no iba a ir a mejor, decidí no forzar lo más mínimo, las opciones estaban perdidas y no merecía la pena viendo el calendario que tenemos aún por delante.

Y, como tampoco hay una zona de bajada más rápida o directa a la meta que la propia bajada de la carrera, decidí caminar en las zonas mínimamente complicadas y correr con un pequeño trote en la pista para llegar igualmente a meta.

En este punto, la clasificación ya era lo de menos, pero crucé la meta con una sonrisa y agradeciendo siempre cualquier aplauso que me llegaba, eso no puede faltar.

Desde este punto sólo pensé en recuperar lo antes posible (han sido dos semanas de bajar un poco el ritmo, aunque sin parar del todo) para los siguientes objetivos que tenemos por delante, que son realmente ilusionantes. Y en esas estamos, ya recuperado, y sumando kilómetros para poder contaros nuevas crónicas en las próximas semanas.

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