Crónica CxM Matallana de Torio. Dolor de piernas.

Matallana de Torio 2018

Si sobre el papel ya daba «miedo», vivirla lo confirmó. Carrerón el que nos ofrecieron un año más en Robles de la Valcueva (aunque la Carrera lleve el nombre de Matallana de Torio, donde está el Ayuntamiento). Carrerón en todos los aspectos, pero sobretodo en un nivel de dureza extraño para las épocas del año en que nos encontramos. Pero, vayamos por partes.

Un organización sobresaliente

Que conste que el hecho de que Miguel me solicitase una buena crónica con el micrófono antes de la salida no ha influido en nada de lo que diré a continuación… O eso creo…

No, hablando en serio, un año más hemos asistido a una carrera que, siendo de inscripción gratuita, no tiene nada que envidiar a ninguna otra que yo conozca.

Vamos con una pequeña pega o algo que yo mejoraría para futuras ediciones. Como comenté en un artículo que escribí hace unas semanas titulado Trampas en el deporte siempre acostumbro a leer los reglamentos de las competiciones a las que acudo y ésta no fue la excepción.

Estaba llegando a los apartados finales donde observe un artículo sobre material obligatorio. Aún sabiendo que habría gente, bastante, que no iba a cumplir con ésta norma y que, era más que probable, que por parte de la organización no se controlase, yo salí con absolutamente todo el material que se me pedía. Pero si no se va a controlar, ¿no sería mejor en ese reglamento sustituir la palabra obligatorio por recomendado? No veo sentido ponerlo obligatorio si ni siquiera se controla de una forma básica. Es obvio que hay gente que no llevaba nada de nada, porque no llevaba dónde guardarlo.

Que conste que ni pretendo desprestigiar el resultado de nadie, ni excusar el mío, porque es absurdo. Sólo que, como he dicho en otras ocasiones, me gusta cumplir las normas o reglas estrictamente y me gustaría que fueran iguales para todos. En caso de que no se vaya a comprobar, simplemente valdría con quitarlas.

Una vez hecho este pequeño apunte y crítica constructiva para futuros años, ya sólo me quedan que palabras buenas para la organización. Me gustaría destacar, ya que vengo de carreras más que dudosas en ese aspecto, el impresionante marcaje de la carrera. Yo creo que no había cinco metros entre una marca y la siguiente, ¡la carrera mejor marcada que he visto nunca!

Avituallamientos perfectos y abundantes. Muchos voluntarios a lo largo de todo el recorrido. Ambiente excepcional. Y una comida en la que vas pensando desde que tomas la salida en carrera. Sin olvidarnos de las buenas instalaciones para darnos una ducha caliente al terminar. Otra cosa que valoro mucho es el control de los tiempos. Es decir, no se alarga nada ni la entrega de premios, ni la comida, es todo muy fluido. Enhorabuena, de verdad.

Salida tranquila y con cabeza

Una vez valorada la organización, vamos con la carrera. Tenía claro, desde antes de salir, que tenía intención de guardar fuerzas para los kilómetros finales, saliendo bastante tranquilo. Aunque en esta ocasión no me ha funcionado, y hace que tenga dudas sobre cuál es la mejor estrategia que puedo seguir en carrera.

Salimos del pueblo, un giro a la derecha y primera subida, aunque bastante ligera, corrible por completo. Veo que el grupo cabecero empieza a tirar y decido quedarme a mi ritmo y tranquilamente. No me fijo en si me adelantan o no, simplemente intento seguir un ritmo que me sea cómodo.

Llegando al kilómetro 3, una mala pisada y torcedura de tobillo. Tengo que pararme porque no puedo apoyar el pie, pero no me asusto, me pasa bastante a menudo y sé que en unos segundos se me pasará y podré volver a correr. Pierdo unas posiciones, pero aún queda mucha carrera y me lo tomo con filosofía. Lo dicho, en menos de un minuto estoy corriendo de nuevo y sin dolor, aunque intentaré que no vuelva a pasar.

Desde este punto y más o menos hasta el kilómetro 20 todo transcurre muy normal. Voy casi siempre rodeado de la misma gente y encima nos conocemos todos: Carlos, Victor, Francisco… Hay buen ambiente. En las subidas me despego un poco, en las bajadas me cogen y son ellos los que se separan. Paro en todos los avituallamientos, sin prisa, como, bebo y meto provisiones en el chaleco hasta que llegue el siguiente. No siento excesivo cansancio, ni ningún síntoma de debilidad.

Los kilómetros pasan factura

Pero llegando más o menos al kilómetro 20, un poco después de que nos juntásemos con la carrera corta, empiezo a sentir dolor de piernas, ningún calambre, nada de cansancio a nivel general, sólo que las piernas no dan mucho más de sí. Tampoco me como mucho la cabeza, estoy empezando aún la temporada y vengo de dos días un poco duros de entrenamiento.

En ese punto no queda más que pensar de qué manera me voy a tomar los últimos kilómetros, y yo lo hice y decidí disfrutar. Animé, hablé, compartí momentos con la gente que me pillaba por detrás, que era mucha. Hice lo mismo con los voluntarios que me iba encontrando por el camino y simplemente me dediqué a disfrutar.

Algo así me había pasado en otras carreras y la frustración había podido conmigo, pero en este caso no fue así. ¿Y porque iba a serlo? Estaba haciendo el deporte que me gusta y pasando una mañana de domingo entre amigos. ¿Querría haber competido? Por supuesto, por eso entreno cada día, pero de ahí a que dejemos de disfrutar a la mínima hay un término medio, y ese es el que hay que encontrar.

Me quedo con los ratos de risas que compartí junto a un atleta olímpico como Francisco Arcilla. ¿Cuánta gente comparte su deporte con personas que hayan disputado unos JJOO? Pues no sólo lo compartimos, si no que saqueamos varios avituallamientos juntos… Porque otra cosa no, pero comer…

Mucho por aprender

Como comenté anteriormente, no tengo claro aún que estrategia es la más adecuada para mí. Ha habido carreras de salir muy rápido o demasiado adelante y pagarlo; otras que he salido rápido y he aguantado hasta el final; algunas que saliendo conservador y es como mejor me ha ido…

Y esto sólo me provoca una idea en la cabeza y es que queda mucho por conocerme y por aprender. Desde que comencé a entrenar con mi actual preparador es algo que me dejó muy claro y ¡cuánta razón ha tenido!, lo importante es conocerse a sí mismo. Y para mejorar a ciertos niveles esto es imprescindible, porque ya no es tan fácil como mejorar en los inicios.

Y con esto me despido, si os ha gustado la crónica, no dejéis de ver el vídeo que merece la pena.

Icono Camara Lorenzo Tascón

5 comentarios en «Crónica CxM Matallana de Torio. Dolor de piernas.»

  1. Muchas gracias por la crónica y también por la crítica, de esa crítica hemos aprendido más que de las alabanzas.
    Por supuesto que tienes razón, no nos dimos cuenta que podía pasar lo que nos cuentas.
    Lo apuntamos.

    1. Miguel, gracias a vosotros por la carrera, por lo que os molestais cada año. Sabes que las críticas van con cariño y son constructivas por mi parte. No puedo tener más que buenas palabras para esta carrera. Si todo va bien, hoy tocó crónica y mañana tocará vídeo.

      Un abrazo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *